Microfósiles permiten reconstruir el ambiente marino que predominó en Sonora hace 300 millones de años

El territorio sonorense representa el 10% de la superficie nacional. En sus más de 179 mil kilómetros cuadrados, dispersos y aislados, principalmente en sus zonas serranas, han llegado hasta nuestros días testimonios remotos de su conformación, los cuales son motivo de la II Jornada “Los fósiles que nos unen. El patrimonio paleontológico de Sonora”.

 

Las conferencias y talleres de este ciclo académico, organizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), a través del Consejo de Paleontología (ConPal) y el Centro INAH Sonora, se transmiten durante esta semana por INAH TV en YouTube, a las 17:00 horas de Sonora (19:00 horas de la Ciudad de México), en el marco de la campaña “Contigo en la distancia”, de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México.

 

El director del Centro INAH Sonora, Zenón Tiburcio Robles, y la presidenta del ConPal, Felisa Aguilar Arellano, inauguraron esta jornada de divulgación del patrimonio paleontológico sonorense, cuyo objetivo es que estos temas rebasen el ámbito científico y la atracción recreativa, además de generar conciencia sobre la protección y conservación de los fósiles, esos restos orgánicos petrificados que permiten desentrañar la evolución de los territorios, las faunas, floras y ecosistemas del pasado.

 

Este viaje por el tiempo inició con la conferencia 300 millones de años de viaje submarino, a cargo de la investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Pilar Navas-Parejo García, quien abordó algunas de las especies que, durante el Paleozoico Tardío (entre 490 millones de años y 300 millones de años), dominaron los mares que existieron en el territorio que hoy ocupa Sonora. La vida 150 millones antes de los dinosaurios.

 

Entre ellas se encuentran los conodontos, una clase extinta de cordados marinos, “filo al que –por increíble que parezca­– pertenecen los seres humanos”, refiere la experta de la Estación Regional de Noroeste, adscrita al Instituto de Geología de la UNAM. Los conodontos, expone, vivieron en el Paleozoico y hasta el final del Triásico, hace 201 millones de años y, curiosamente, los paleontólogos saben de su existencia gracias a una parte ínfima de estos organismos: los dientes, la única parte de ellos que fosiliza.

 

Por otra parte, están los tiburones más antiguos encontrados en México que, para darse una idea, habitaron en el periodo geológico denominado Devónico Superior, hace más de 370 millones de años. Se determinó la existencia de cuatro especies diferentes de condrictios (vertebrados acuáticos cartilaginosos), característicos por ser cazadores y nadadores veloces en aguas poco profundas.

 

Pilar Navas-Parejo explicó que estos registros fósiles se localizaron en Las Pintas, municipio de Fronteras, al noroeste de Sonora, de donde se extrajeron 45 kilogramos de rocas de una columna estratigráfica, la cual fue necesario disolver con ácido fórmico y tamizar, para obtener restos microscópicos de dientes y escamas.

 

La doctora en Ciencias de la Tierra resaltó que el hallazgo de microfósiles del Paleozoico Tardío en Sonora ha estado concentrado en áreas del centro de la entidad, como San Pedro de la Cueva y en los afloramientos de la Sierra Agua Verde, Sierra Martínez y cerro Las Rastras, donde también se encuentran registros de otras edades geológicas, aunque también destaca Sierra Las Mesteñas al noreste del estado.

 

“Estos hallazgos nos permiten conocer el origen de los vertebrados y hacer reconstrucciones paleogeográficas, y así ubicar el territorio sonorense en los periodos geológicos, millones de años antes de su conformación actual. Por ejemplo, sabemos que, desde el Carbonífero Temprano y Tardío, y hasta el final del Pérmico, estuvo invadido por los mares”, concluyó la especialista en el Paleozoico de México.

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