El distractor se hizo problema

El impacto del enfrentamiento del presidente AMLO con el parlamento europeo no se apaga, no obstante los múltiples conflictos surgidos al interior del gobierno federal: el caso del fiscal Gertz Manero, la destitución de la presidente Municipal Cuauhtémoc, Ciudad de México, Sandra Cuevas, las violaciones a las reglas de la revocación de mandato etc. etc.

Se supone, y así se ha escrito, que la confrontación con el parlamento europeo era un distractor para poner fin a las criticas sobre la casa de Houston; sin embargo, el distractor creció a problema principal, porque afecta a México en su relación con Europa, le pega al Canciller Ebrard, que la ha hecho de florero en el tema, y a Claudia Sheinbaum, que encabezó la firma de gobernadores en apoyo al presidente y al panfleto de respuesta presidencial.

Yo no creo que haya sido un distractor, porque la respuesta responde al carácter del presidente López Obrador y más en este tiempo en que reacciona molesto, alterado y empecinado en que cualquier critica a su gobierno es una conspiración en contra de la 4T y responde siempre descalificando al crítico, minimizando la critica y encontrando siempre culpables de las acusaciones o criticas que se le hacen.

Diputados del Parlamento Europeo defendieron la resolución de condena a la violencia contra los periodistas en México al demostrar “la preocupación” que existe sobre el tema y solidaridad con las víctimas, sin buscar un enfrentamiento con el gobierno mexicano, dicen.

“Las intenciones, que es intentar enviar un mensaje de apoyo a los periodistas mexicanos”, dijo Jordi Cañas, del Grupo Renew Europe”.

Y afirmó que: “Transmite su solidaridad y apoyo; que les tenemos presentes y que sabemos que una democracia requiere de medios de comunicación, periodistas que pueden ejercer su trabajo en libertad”.  Detrás de la resolución, estuvo la petición realizada por periodistas y defensores de los derechos humanos en visitas realizadas por eurodiputados a México.

“La democracia sin periodistas y sin prensa libre no es democracia”. Afirmó el diputado europeo.

“¡Se equivoca de enemigo, señor López Obrador!, los enemigos no somos los miembros del Parlamento Europeo ni Europa, los enemigos de la democracia son aquellos que amenazan a los periodistas, los asesinan, los coaccionan y permiten la impunidad”.

“Hay 607 borregos en el Parlamento Europeo, según López Obrador, esos 607 borregos representan a 98% de los ciudadanos europeos, que no creo que tengan algún problema con México”.

La resolución, se basa en hechos, mientras que la respuesta “que López Obrador reconoce contribuyó a redactar, pone calificaciones que sinceramente son muy injustas (…) insultos sistemáticos. Es un comunicado que no parece redactado en un avión, sino en una barra de mar”. O sea, en una cantina de un puerto.

El presidente “carece de respeto hacia el periodismo” y explicó que cuando uno pone sistemáticamente en la picota a periodistas, se les desprestigia, en un contexto de violencia contra ellos.

Los errores diplomáticos en que incurre el gobierno mexicano al dar respuesta a la resolución del parlamento europeo, se deben, fundamentalmente, a la forma y a quienes redactaron el documento, sin haberlo pasado por la cancillería, donde se  hubiera evitado la respuesta grosera, desinformada y contraria a la tradición diplomática de México.

En la respuesta se dicen muchos equívocos, el presidente AMLO afirma que México no ha enviado armas a ningún país en guerra, pero eso es falso, México si lo ha hecho, y lo hizo el General Cárdenas, quien dio armas y todo tipo de apoyo a la república española contra el dictador Franco.

En la segunda guerra mundial, aunque de manera simbólica, México aportó el batallón aéreo 201 para apoyar la guerra de E.U. en el Pacifico contra Japón.

El presidente López Portillo, entregó armas y dinero y amplio apoyo político a la revolución sandinista en Nicaragua contra el dictador Somoza.

Acusar el presidente a las naciones europeas de apoyar con armas a Ucrania es un grave error, que se presta a la interpretación europea de que México está de acuerdo con la invasión de Rusia a Ucrania.

Además, es un error acusar de injerecista al parlamento europeo, con quienes tenemos un convenio comercial que incluye, a petición de México, “la cláusula democrática”, para poder opinar de manera reciproca sobre democracia y derechos humanos.

En el año 2000, cuando se firmó dicho acuerdo, esa clausula se incluyó a petición del PRD, que presidia en ese momento Andrés Manuel López Obrador que, como partido opositor, trató de que la comunidad europea pudiera opinar sobre las elecciones en México.

Quien fuera embajador ante la comunidad europea dice que la respuesta del gobierno federal no fue la apropiada al Parlamento Europeo, que hizo un llamado a México para que atienda el tema de los asesinatos de periodistas, es una comedia de equivocaciones, asegura Porfirio Muñoz Ledo.

Señaló que es incomprensible el lenguaje utilizado por el presidente Andrés Manuel López Obrador contra los eurodiputados: “Su respuesta iracunda, injuriosa, confusa y desproporcionada, no va de acuerdo con la facultad que tiene un jefe de Estado”.

“Tal vez se deba a la fatiga del arduo trabajo y la ansiedad de ganar la revocación de mandato, que lo han llevado a esto”, opina Muñoz Ledo”.

Y es que la naturaleza del acuerdo que tiene México con la Unión Europea tiene alcances para que ambas partes hablen sobre los temas que ocurren en cada región.

“Para firmarlo, Europa exigió la cláusula democrática, que significa que los países con los que celebra sus tratados deben poner a salvo, deben asegurar el respeto a los derechos humanos. Eso se aplica también a los países que ingresan a la Unión Europea, que eran fundamentalmente países de Europa del este. Se les exigía y solicitaba temas de derechos humanos, de justicia, de estándares administrativos”.

“Nosotros exigimos reciprocidad. Quiere decir que, si hay una crítica del Parlamento”, sobre derechos humanos o democracia, así está convenido.

El presidente AMLO desconoce las formas de la diplomacia mexicana y Marcelo Ebrard no puede hacer nada para evitar los conflictos que esto genera, porque le interesa más conservar la cercanía con el presidente, que perder la posibilidad de ser candidato de Morena a la presidencia; o sea, no quiere perder la candidatura, aunque esto le cueste perder la presidencia.

Hay quienes afirman que tener como florero a Marcelo Ebrard en este tema, es la estrategia de AMLO para irlo sacando de la sucesión presidencial de Morena.

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