La gráfica rupestre de Cofradía y su relación con el agua y el volcán

 

* Su cercanía al Volcán de Fuego y Nevado de Colima, así como diversas fuentes de agua, podrían indicar algún tipo de ceremonia relacionada al culto a la montaña y al vital líquido.
* Se trata de una roca con un carácter particular al resto de la iconografía presente en la región.

Texto y fotos: Rafael Cruz

A principios de febrero de 2022, fue localizada en la comunidad de Cofradía de Suchitlán, al norte del municipio de Comala, en Colima, una gran roca con petrograbados, señalada por especialistas como una pieza gráfico-rupestre con diseños poco comunes en este tipo de monumentos. Estos ejemplos de manifestaciones nos aportan información valiosa al contexto arqueológico de Colima, puesto que se relacionan no sólo con la vida de sus autores, sino también cosmovisión, su forma de creencias, con sus ritos y ceremonias.
Este tipo de representaciones rupestres en grandes piedras se ha tendido a asociar de forma recurrente a la cultura Tumbas de Tiro (300 AEC – 600 EC), cuya cronología va desde finales del Preclásico hasta mediados del Clásico.
En entrevista con la Dra. Beatriz Menéndez Iglesias, integrante del Gerda Henkel Foundation y Patrimonies Funding Initiative (Duseldorf/Alemania), experta en arte rupestre y profesora de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), comparte que una de las riquezas de este monumento es que se encuentra en su contexto original; “varias son las características que se pueden decir sobre este petrograbado. La primera observación es su localización. Se encuentra aislado, en medio del campo y con una visual directa hacia el Volcán de Fuego y Nevado de Colima. Además, presenta unas dimensiones significativas y una naturaleza geológica de carácter volcánico”.
El petrograbado se localiza a 13 km de distancia en línea recta al cráter del Volcán de Fuego, aislado en mitad de la naturaleza. Dada su posición con respecto al paisaje y los diseños que aparecen en él, diferentes a diseños de otros petrograbados encontrados en la zona, “podemos pensar que se trata de una roca con características especiales para los autores. La proximidad al volcán puede estar indicando algún tipo de relación con el mismo y su localización también es significativa”.

DISTINTAS FASES HISTÓRICAS

En relación con sus diseños iconográficos, se observan diferentes figuras que ocupan gran parte de la roca. Entre los elementos representados destacan los geométricos como elemento principal.
En el caso de Colima, la experta expone la importancia de analizar todos estos petrograbados para conocer más sobre los grupos que los crearon; “si bien es cierto que conocer el significado de elementos geométricos o abstractos es complicado, siempre puede ayudar a establecer patrones de representación y a partir de ahí poder ver o proponer hipótesis sobre su interpretación. En este caso en especial, se debe ver una a una las diferentes figuras que integran el petrograbado, analizarlas por separado y en conjunto y ponerlas en contexto con el paisaje, puesto que podemos estar en un lugar relacionado con algún tipo de ceremonia, obviamente vinculada a los grupos que habitaron la zona, quizá relacionado con algún culto a la montaña y/o al agua”.
“Bajo mi punto de vista, la cuestión sobre porqué tiene diferentes grabados puede estar en relación con dos aspectos diferentes. Por un lado, podría estar indicándonos diferentes momentos de elaboración de los diseños, prolongados en el tiempo, es decir, que estemos ante un petrograbado cuyo uso o función haya sido recurrente”.
Añadió que, “se debe destacar que en la superficie de la roca presenta pequeñas cazoletas o pocitos, éstos deben ser analizados para ver si se trata de algo natural, si pueden presentar algún patrón o por el contrario pudieron ser algo antrópico para ser utilizados, por ejemplo, a modo de pequeños morteros”.
“Las espirales cuadradas y líneas se entrelazan creando unos diseños diferentes a los localizados en otras rocas grabadas de la zona. Según se observa a primera vista, da la sensación de ser laberintos y cenefas. En general, otros petrograbados de la zona presentan elementos ondulados, espirales y circulares que parecen estar en relación con elementos vinculados al agua. Sin embargo, en esta pieza en concreto, las líneas son más rectas y angulosas, lo que podría conferirle un carácter particular y diferente al resto de la iconografía presente en la región”.

TÉCNICAS DE GRABADOS

Sobre las técnicas presentes en este monumento, la Dra. Beatriz Menéndez, de origen español, señaló que pudo haber al menos dos métodos en la elaboración de estos grabados. “Por un lado, mediante percusión, ya que por los diseños que se observan debió ser indirecto, es decir, a partir de un diseño sobre la superficie de la roca se va elaborando el grabado mediante un instrumento puntiagudo al que se le golpea con otro a modo de percutor o martillo. Esta técnica permite tener una mayor precisión en el diseño que si, por el contrario, se hace directamente golpeando sobre la roca. Además, se observa abrasión o pulimento de los surcos, es decir, una vez elaborados los diseños mediante la percusión, los surcos se raspan o frotan, lo que permite que estén más definidos y profundos, dando aspecto de bajorrelieve”.
Sobre la antigüedad del monumento, mencionó que, “es complicado establecer una cronología para los petrograbados debido a que por el momento las técnicas para datarlos directamente están en fase de experimentación, a diferencia de lo que ocurre con la pintura. Sin embargo, siempre podemos contar con el contexto en el que se hicieron, comparar con los restos materiales que pudieran encontrarse en el sitio o zonas próximas y por supuesto, la observación del desgaste del mismo petrograbado”.
“En este caso en concreto, se observa que los surcos grabados presentan una coloración similar a la parte no grabada, es decir, a la parte externa de la roca. Esto puede indicar que los grabados son antiguos, debido a que la patinación, tanto de la roca como de los surcos internos de los grabados, son prácticamente iguales. Para establecer esto debe tenerse en cuenta también la forma en que se erosiona el soporte, es decir, qué tan rápido se forman esta pátina en este ambiente en concreto y en este tipo de rocas volcánicas”.

CONSERVACIÓN DE ARTE RUPESTRE

Por último, la Dra. Beatriz Menéndez comentó que, “lo más propicio sería sin duda hacer una documentación exhaustiva del petrograbado. Esto sería lo principal, puesto que va a permitir que se pueda analizar con detalle tanto los diseños como el contexto, relacionándolo con su entorno. Lo más conveniente es tratar este tema con expertos en conservación de arte rupestre del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y valorar junto a ellos qué es lo más prudencial relacionado a su estudio, rescate y posible traslado”.
“Sin duda lo que sí se debe plantear es una buena documentación del mismo que permita que dispongamos de la información necesaria para su análisis en profundidad y que, además, a través de los instrumentos tecnológicos con los que trabajamos actualmente, esta información perdure en el tiempo”, concluyó.
El petroglifo fue reportado al INAH el 14 de febrero de 2022, a través de un reporte ciudadano; un trabajo en equipo de Norma Silva, Heidy Tellez, Ligia Sánchez, Jonathan Villa y Rafael Cruz.

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