Ricardo Anaya, político de doble moral por lavado de dinero: Mely Romero

 

 

Por un lado señala  y acusa a los priistas y por otro lado no puede explicar de forma creíble de dónde obtiene los ingresos para mantener ese estilo de vida como los más ricos del mundo

 

Para la candidata a la diputación federal por el primer distrito Mely Romero Celis, el candidato presidencial Ricardo Anaya Cortés representa la doble moral, tras ser partícipe de operaciones para enriquecerse de forma ilícita mediante el lavado de dinero.

 

Sobre el particular, sostuvo la necesidad de que las autoridades competentes lleguen a las últimas consecuencias  en torno a su patrimonio que  busca la forma  de justificarlo, sin embargo deja mucho que dudar.

 

Cuando  una persona busca ser presidente de la república y los mexicanos  y tenemos duda de su actividad y patrimonio a sus 39 años de edad, me parece que tenemos que reflexionar como mexicanos a fondo  y exigir a las autoridades que se llegue a las últimas consecuencias.

 

Indicó que quien aspire a representar la nación debe dar el ejemplo de honestidad, rectitud y buena voluntad hacia las personas, por las que dice querer trabajar y no tratar de engañar así como regañar cuando busca demostrar con falsedades e información  no creíble de sus ingresos.

 

Dijo coincidir con las voces que exponen la importancia de que se investigue a fondo y que se llegue a las últimas consecuencias, muestra de ello es que en su propio partido ya están valorando si verdaderamente quieren que represente una candidatura presidencial.

 

“Es un personaje de doble moral porque por un lado señala  y acusa a  los priistas y por otro lado no puede explicar de forma creíble de dónde obtiene los ingresos para mantener ese estilo de vida como los más ricos del mundo, ingresos que no son equiparables con los de otros políticos”, apuntó.

 

A su parecer, es entendible que  los panista quieran cambiar a su candidato Ricardo Anaya  porque en ese partido como en todos los institutos políticos,  se aspira a que quien desee encabezar la nación tiene que ser íntegra y honesta, para que ponga en práctica dichos valores con los ciudadanos.

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