*Estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Educación investigaron el Nivel de actividad física y calidad de vida en pacientes con enfermedad renal crónica en etapa V, del Centro Estatal de Hemodiálisis IMSS Bienestar Colima”.
David Costa Pérez y Jennifer Rodríguez-Rodríguez, estudiantes de la Licenciatura en Educación Física y Deportes de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Colima, realizaron la investigación: “Nivel de actividad física y calidad de vida en pacientes con enfermedad renal crónica en etapa V, del Centro Estatal de Hemodiálisis IMSS Bienestar Colima”, como parte de su tesis de egreso.
Su proyecto se desprende de la investigación realizada por el Dr. Pedro Julián Flores Moreno, docente de la Facultad de Ciencias de la Educación y de Medicina, del estudiante de la maestría en Ciencias Médicas, Israel Pérez y de especialistas del Centro Estatal de Hemodiálisis de Colima. Esta investigación busca mejorar la calidad de vida de los pacientes con insuficiencia renal y terapia de reemplazo, a través del ejercicio.
David y Jennifer participaron en la fase inicial de planificación de entrenamientos y diseño de ejercicios dirigidos a personas en tratamiento de hemodiálisis. “Nuestra intervención se centró, en primer lugar, en identificar el estilo de vida de los pacientes y el nivel de actividad física que mantienen durante las sesiones de hemodiálisis”, explicó David Costa.
Los estudiantes compartieron que, de los 110 pacientes que reciben hemodiálisis en dicho Centro, sólo 23 cumplieron con los requisitos para la investigación, esto es, que algunas personas, por su condición física, no podían realizar ejercicio o no quisieron participar en la investigación.
“En el estudio identificamos que las personas son sedentarias; es decir, no hacen actividad física, solo caminan en los trayectos de ida y vuelta al centro, a su casa o a algún mandado. Su calidad de vida es media. La mayoría de ellos son desempleados. El Centro atiende a pacientes de Michoacán y Jalisco. Uno de los datos que más nos sorprendió es que más de la mitad de los pacientes que se atienden son adultos jóvenes que tienen entre 20 y 35 años. No nos imaginábamos que habría pacientes de edad tan jóvenes”, dijo Jennifer Rodríguez.
La razón por la que los pacientes son sedentarios -explicaron- se debe al tratamiento en sí. “Tomemos en cuenta que durante tres horas reciben un tratamiento para expulsar líquidos, algo que el riñón ya no hace por sí solo, y terminan muy débiles. Incluso hay quienes terminan siendo sacados en silla de ruedas”, comentó Costa Pérez.
Jennifer Rodríguez comentó que también es importante considerar el lugar de origen de los pacientes, ya que no todos provienen de la capital del estado. “Todo el proceso resulta muy agotador para ellos, pero es fundamental que realicen ejercicio, y una opción viable es hacerlo mientras reciben el tratamiento”, señaló.
De acuerdo con los estudiantes, los y las pacientes que realizaron actividad física presentaron mejoría en su estilo de vida. “Al principio se cansaban mucho, pero con el paso de las sesiones se notaron los cambios con los pacientes que trabajamos y se veía que mejoraron su condición física”.
Acerca de su experiencia en la investigación, dijeron sentirse contentos con los resultados. Aprendieron que la alimentación y la actividad física son indispensables para una vida sana. “Me deja ser más cuidadosa en cuestión de alimentación y de salud. Tener actividad física nos puede ayudar a reaccionar mejor cuando tenemos alguna enfermedad”, dijo finalmente Jennifer Rodríguez.
Es importante llevar este mensaje a más personas: “Que se mantengan activos, ya sea caminando o corriendo en el jardín. No es necesario acudir a un gimnasio o centro deportivo; incluso desde casa pueden hacerlo. Caminar entre 20 y 30 minutos al día es más que suficiente. También es fundamental que cuiden su alimentación o régimen dietético”, agregó David Costa.